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sábado, 27 de septiembre de 2014

Sevilla y Valencia, dos estilos y dos sorpresas

Tras un comienzo irregular (más en cuanto a sensaciones que a resultados) de Real Madrid y Atlético, el Valencia y Sevilla se están erigiendo como las grandes sorpresas del inicio de la Liga BBVA.  Ambos siguen invictos, habiendo ganado todos sus partidos excepto el que jugaron entre ellos en la primera jornada, que acabó en empate.

Peter Lim, futuro nuevo propietario de la entidad del Turia, ha inyectado una cantidad importante de capital.  Parte del mismo ha sido utilizado para el fichaje de varios jugadores de renombre como Otamendi, Rodrigo, André Gomes.  Éstos, sumados a la presencia de otros fantásticos jugadores como Parejo, Alcácer, y el gran rendimiento del canterano Gayá o de un renacido Piatti que recuerda al de sus mejores años como almeriense, forman la columna vertebral del equipo ché.  Junto a ellos, el técnico Nuno Espírito Santo, que en su anterior equipo aplicó un sistema defensivo y contraatacador, está consiguiendo que el Valencia juegue a algo totalmente diferente: un juego basado en el pase corto y la presión alta.

Unos kilómetros más al sur, en Sevilla, Emery mantiene su apuesta de conjunto vertical, sólido en defensa y peligrosísimo en la transición ofensiva.   A pesar de haber perdido a jugadores que parecían imprescindibles como Fazio o Rakitic, el centrocampista Krychowiak (un muro en la medular con un fantástico remate de cabeza que tiene poco que envidiar al del central argentino) y Denis Suárez (un mediapunta a la vieja usanza que llegó cedido como parte del fichaje del croata por parte del Barcelona) demuestran ser unos recambios adecuados.  Arriba, el demoledor delantero Carlos Bacca sigue siendo vital por su aportación ofensiva, habiendo anotado hasta la fecha 4 tantos.

Algunos pocos consideran que no es imposible, visto el precedente del Atlético de Madrid, que uno y otro equipos luchen por el título de liga.  El requisito necesario para ello lo conocen bien los aficionados del equipo colchonero: la constancia, es decir, el ir siempre partido a partido.

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